Imponderable Messi


Esta mañana, el buen fedesiete nos mostró un gráfico de las modestas y dignas estadísticas de tráfico en este blog. Que en los últimos dos días el número de visitas prácticamente duplique el pico anterior del que se tiene registro no es precisamente una sorpresa. Que la entrada más leída involucre a Mourinho ‘llorando’, tampoco – aún cuando dicha entrada tiene algunos meses de antigüedad.

Lo cierto es que el centenar de visitas diarias recibidas por el blog en estos días tan clásicos no representan sino un coletazo mínimo de ese huracán mediático que significa un Madrid-Barça – de semifinales de Champions, precedido por incendiarias ruedas de prensa de Mourinho y de Guardiola (!); 2 clásicos en la semana anterior, uno de los cuales representó el primer título para el Madrid en la era Mou; un 5-0 y, por último, la existencia de Twitter.

Millones de fotos, televidentes, clicks, webs, artículos, GIFS, tweets. El clásico también es eso y aunque se trate de mi parte menos favorita del asunto – me gusta, pero menos que el fútbol -, debo reconocer que el impacto mediático de estos partidos es lo único que siempre está a la altura, a diferencia de cosas como, por ejemplo, el nivel de juego: extraordinario en la final de Copa, el espectáculo ofrecido el miércoles por ambos equipos fue más bien pobre.

Esa inabarcable avalancha de información es mi parte menos favorita, decía. Primero porque muchas veces se desvía la atención hacia asuntos que tienen que ver menos con el juego de lo que quisiera – se habló infinitamente más sobre las ruedas de prensa de Mou y Guardiola que sobre la importantísima baja de Iniesta. Segundo, porque es imposible permanecer ajeno a esos agentes contaminantes de la web, que pululan bajo el anonimato y el fanatismo exacerbado; los hijos malos del matrimonio internet-fútbol. Y así como Segurola y muchos otros cuestionaron si valía la pena tolerar tanto agravio gratuito, a veces no dan ganas de formar parte de aquello.

Sin embargo, lo bueno de Twitter es que al final depende de nostros qué leer y qué desechar. Muchas cosas se dijeron antes, durante y después del partido del miércoles. Es sorprendente como muchos se empecinan en centrarse en las diferencias, los blancos y los negros. La sensibilidad -o la falta de ella- de la peña no permite la distinción de grises. El discurso victimista de Mourinnho por un lado y la visión tan sublime como totalitaria del fútbol prácticado por Xavi y compañía- ‘así se juega este juego; merecíamos ganar; ha ganado el fútbol’- por el otro.

Afortunadamente, siempre hay opiniones rescatables y valiosas, como las de ese must del twitter llamado Borja Pardo (@Borja_Pardo). El autor del blog Football Vintage se refirió en su análisis post partido a dos características del encuentro que bien pueden explicar la derrota del Madrid y me tomo la libertad de rescatar. Por un lado, el planteamiento guionizado y epeculativo de Mourinho. En segundo lugar, los factores imponderables del juego.

En la rueda de prensa posterior al partido, el mismo Mourinho y futbolistas como C. Ronaldo reconocieron que el plan original era «(mantener el cero y) atacar en los últimos 20 minutos con la entrada de Kaká». Sin la intención de juzgar si el fútbol defensivo del Madrid y su renuncia deliberada de la posesión, efectivamente, representaban el camino más adecuado para conseguir la victoria, es censurable la falta de ambición mostrada por los jugadores blancos durante el encuentro, donde se dedicaron a cumplir con un libreto que solo Di María se atrevía a romper. Así, pretendiendo ejercer un control que nunca tuvo, el Real Madrid quedó expuesto a demasiados factores imprevisibles: la agresividad de Pepe; el color de la tarjeta que Stark decidiera sacar; posibles resbalones de Marcelo; el descollante talento de Messi.

Para Mourinho y, en religiosa consecuencia, para buena parte del madridismo, la rigurosa y determinante expulsión de Pepe no es un elemento imponderable, sino que responde a toda una trama conspirativa desde la UEFA para favorecer al FC Barcelona. Santiago Solari, ex jugador del Madrid que hoy funge brillantemente como blogger en El País, tampoco cree que la polémica tarjeta roja sea cuestión de azar. «La tarjeta a Pepe es anaranjada. Se convierte en roja por una cuestión estadística. Cuando uno utiliza la máxima agresividad permitida por el reglamento todos los partidos, es normal que en alguno pagues la factura», escribió ayer.

Esperable o no, la expulsión de Pepe no pareció afectar demasiado el transcurso del partido: el Barcelona tuvo tanta posesión de balón y tantas ocasiones de gol antes de la roja como después. La verdadera diferencia la puso Messi, que después de haber tenido un transitar inocuo durante más de una hora de juego – ¿gracias al trabajo de Pepe? -, anotó 2 goles en 15 minutos, incluyendo una joya de videoteca que viajará en el tiempo.

De entrenadores como Mourinho, Guardiola, Bielsa o Benítez es bien sabida su profunda obsesión por controlar la mayor cantidad de variables de juego posibles, en orden de cumplir con una empresa imposible: eliminar el azar del fútbol. En ese sentido, el plan de Mourinho bien podría merecer el beneficio de la duda. A pesar de contar con la plantilla más poderosa del fútbol mundial, su propuesta defensiva, después de todo, pudo haber funcionado: con el desarrollo que tenía el partido, no era una locura pensar en un 0-0 en el Bernabeu y un empate con goles en Camp Nou.

Sí. Puede decirse que a este nivel de paridad y tal y como ocurrió en la final de Copa, los duelos entre estos súper equipos se deciden por pequeños detalles. Puede decirse, pues, que el Mou Team perdió por factores imponderables. Pero no estoy hablando de una tarjeta roja rigurosa o una trama conspirativa de la UEFA. El Madrid perdió por obra y gracia del descomunal e imponderable talento de Messi.

Comments
One Response to “Imponderable Messi”
  1. Andrés Suárez dice:

    Tremendo articulo Luis!

    Comparto la mayoría de las opiniones.

    Messi es demasiado grande para esta era, simplemente juega a otra velocidad; y no hablo de los movimientos salvajes con la pelota en los pies, sino de la capacidad cuasi animal que tiene para ver un fútbol cada vez más rápido, como fútbol de potrero lento.
    Como vas a dejar 5 hombres en el camino y definir ante un HEROE como Iker Casillas con tanta calma y frialdad?!
    La calma del pequeño Messi (me da ladilla buscar pero no debe pesar ni 70kg) cuando entra al área luchando contra los golpes/jalones/patadas de centrales más que profesionales y define con aquella calma casi desesperante para sus fans, con sus clásicos «pases a la red».

    LIO ES UN MOSTRO! jajajaja

    PD: No se si fue tu intención pero me parece que el articulo quizás es demasiado conservador y recopilatorio, me gustaría ver un poco más de tu opinión personal en los próximos!

Deja un comentario